Siempre ocurre lo mismo: termino haciendo lo que no deseaba, intentando mezclarme entre la multitud, anhelando desvanecerme y vivir esa "soledad compartida" que tanto he buscado los últimos años; pero no funciona. Mis ansias por caminar en terrenos evanescentes me colocan ante todas las miradas. Me ves, te veo... Gracias! Mi ego y yo ya no cabemos en esta habitación.
Al fin de cuentas todos somos voyers... En cuanto a mí, he comenzado a descubrir (o a aceptar) mi exhibicionismo, por algo hice lo que no quería: estoy aquí...
Abro los ojos en la oscuridad. He despertado, ya es de noche...
¿No trae el color de la noche todo lo que nos entusiasma?
(Novalis. Himnos a la noche)