Una mañana con siete literatos...

"Paper is a weapon of war"
Capitán América

Resulta, para gusto de muchos, para asombro de otros y para indiferencia de los más, que estudio Literatura. Por ello siempre estoy rodeada de creadores, pensadores, críticos, analistas e intérpretes (parece más apantallante de lo que es en realidad), y realmente resulta una experiencia sumamente divertida; no puedo negar que esa diversión suele deformarse en locura, debraye, flojera, análisis ontológico, nihilismo, creación y perversión.
La mañana del jueves 8 de diciembre (sí, ya sé que me tardo bastante en postear) la diversión se transformó en todo lo anterior y no por ello dejó de ser diversión, de hecho acentuó su característica dadora de momentos efímeros de "algo que me gusta llamar felicidad". Como casi todos los jueves decidimos apartarnos de la monotonía y hartazgo que puede llegar a ser la FacHu para dirigirnos a profanar (perdón, divinizar) otro sitio: las "donitas"?, la cafetería (tienda con mesas con complejo de superioridad) de la FacHu?, la de otra facultad?, o a la fondita? (léase acariciándose el dorso de la mano). Las finanzas de la mayoría terminaron decidiendo: una cafetería. Ahí comenzó todo, ahí comenzó el mal...
Quizá fue el café, las galletas o las papas comunales, pero lo que inció como un inocente juego (es semejante a escribir una historia entre mucha gente, pero redactando sin saber qué decía líneas arriba) terminó revelando los secretos más oscuros, perversos, sucios e inconcebibles de cada uno de los ahí presentes. Porque, si está escrito en papel debe ser real (claro, en su propio mundo, no?).
* Advertencia. Las siguientes líneas pueden ser
ofensivas para gente mocha, de poco criterio, de mente cerrada, de pro-vida,
etc., en general, alguien que no leeería este blog ni por equivocación. *
Que si no sé quien succiona los calzones de una maestra, que si no sé cuál desgarra el pene de un gato alocadamente, que si fulano acaricia la ubre de un ornitorrinco (ni siquiera tienen ubre), que si zutana mete y saca las patas de un burro frenéticamente... Que si alguien mastica, huele, masturba, olfatea, chupa, lame, acaricia, roza, le baila a, excita... las axilas, el trasero, la ingle, la vegiga (eso qué), los callos de los pies, las rodillas, las bubies, los huevos, la joroba, las lonjas... de un gato, un pollo, una vaca, los profes de la FacHu, los demás compañeros del salón y otros conocidos, una víbora, una rata, un objeto... rápidamente, fuertemente, tiernamente, salvajemente, puercamente, golosamente, mientras alguien observa excitado...
Un método sumamente catártico (la escritura es liberadora, busca, encuentra y define) y divertido de pasar el tiempo y conocer a la gente porque como reza el viejo adagio: "Caras vemos, perversiones no sabemos".


"El texto es un objeto fetiche, y ese fetiche me desea"
Roland Barthes