Marcaba con ahínco el negro lápiz sobre las delgadas hojas del periódico. De repente se detuvo y, mirando sobre los anteojos, dijo como si hiciera una pregunta:
- Palabra de sies letras para felicidad absoulta...
Ella, sin pensarlo mucho tiempo, respomndió:
- MUERTE.





* - I guess it was her instinct of selfdestruction
(and I guess you have to have your own ideas...) *