Kitsune en Puebla


Pato verde -cuac cuac- presenta otro nunca esperado episodio de la poco conocida serie "Cosas que pasaron hace un buen y a nadie le interesa leer ahora". Disfrútela o sufra en el intento.
Fotos por Elsa y Yesenia



Es bien sabido lo mucho que me he dedicado a presentar ponencias en diversos congresos de estudiantes de literatura; además de que me gusta leerlas y tener nuevos fans que también se interesan por el tema, adoro visitar otros lugares de la República, algunos por vez primera y otros a manera de redescubrimiento.
Esta vez, extrañamente, sólo fui a disfrutar las vacaciones pagadas.



Después de una serie de conflictos ya característicos de la FacHu como la desidia de mis compañeritos, las tardanzas de la administración y la emocionante cancelación del autobús a unos cuantos días del evento, resulta que por primera vez *redoble de tambores* la FacHu nos dio viáticos decentes!



De esta forma me lancé a Puebla con motivo del 6° CONEL, el último congreso al que asisto como estudiante de licenciatura... un momento! ya no voy a tener viáticos? Noooooooooo!
No puedo negar que sentí raro ir a un congreso sin presentar ponencia, pero me divertí sobremanera con la banda de la FacHu que también estuvo ahí y con los ya característicos cuates de otros congresos.



Ya saben que esta clase de posts es como una errática lluvia de ideas, incluso la explicación lo es... como sea... 
* Lo bueno de regresar a Puebla: las pasitas y la crema a-go-go, las semitas, la guinness en el Barra's beer, reencontrarme con algunos cuates, conocer a otros, las conferencias de Dorra e Isabel Filinich, las vacaciones pagadas, las tiendas de anitgüedades.
* Lo malo de regresar a Puebla: los sapos, los baños de los horribles bares de los sapos, extrañar a mi niño y a Mikitos Lady, la música de la primera fiesta del congreso.
* Lo raro de regresar a Puebla: el asalto al camión de la UADY, el rápido hartazgo de todo, que me regresé antes.



Creo que ya no tengo mucho que platicar y ustedes (lo que siguen) ya no quieren leer más... Nos vemos en Guanajuato o en el DF.




Kitsune en Sonora


Parte de la serie "Reseñas de cosas que pasaron hace un buen y a nadie le interesa recordar" es presentado ante ustedes Kitsune en Sonora. Patrocinado por chicken in a can icon, el pollo en lata más cute del mundo del software.
*Todas las fotos cortesía de Ro (excepto la del gatito sonorense, ésa la tomé yo)*



Como algunos de ustedes saben del 12 al 15 de marzo estuve rondando en Hermosillo con motivo del 4° Foro Nacional de Estudiantes de Lingüística y Literatura. 

A pesar de los conflictos pecuniarios decidí asistir para regodearme en las delicias norteñas y presentar mi ponencia, de la cual estoy muy orgullosa pues ya tenía tiempo con la espinita de hacer literatura comparada con el Kalevala y, por otro lado, hablar del papel del metal en la literatura; así que cuando surgió la idea de unir ambos temas conseguí un texto con el cual me divertí sobremanera y del que me gusta platicar horas y horas.



Me gustó el desierto porque en esa época del año no se convierte en un sitio hostil, horno, misil solar de aniquilación humana... Lo cual no quiere decir que no haya experimentado una sensación de vacío, y no mía, sino del ambiente, miras al horizonte y parece que a Natura se le olvidó amueblar.

Quizá por lo mismo la Facultad de letras y lingüística parece un oasis: el jardincito con flores y los espacios para relajarse y tomar un revitalizador té helado parecen salidos de un cuento.



Como siempre en esta clase de eventos disfruté sobremanera la oportunidad de reencontrarme con cuates de otros congresos y conocer más. Fue, pues, todo un gusto ver a Cynthia, Susana, Mayra, Juvi, Rodrigo, San Blas, Misa, la banda de la UAM-I y todos con quienes conviví de una u otra forma.

¿Y las delicias norteñas se preguntarán? Todo es bueno excepto la cantidad excesiva de cervezas light y tecates en los refirs del super, los bares, etc. Llegué al reino de la carne en las presentaciones más diversas y más deliciosas. No puedo dejar de lado los ricos mariscos y, por supuesto, *redoble de tambores* la salsa yaqui que, importada por mi propia mano hasta Toluquita, hace mi vida más feliz (aunque mis reservas se acabarán pronto, NOOOOO!!!).



Amenacé con regresar, no sólo para presentar una ponencia aún más genial en el 5° foro, también para hacerme de otra dotación de salsa, comer dogos de la uni, repetir la hazaña de los burritos percherones, buscar al amoroso gatito sonorense que conocí afuera del mítico Pluma y comprender las extravagancias de decoración de Natura.





Supongo que ya los tengo un poco (o muy) hartos con esta crónica que de por sí es de hace siglos y además está quedando larguísima... Prometo, en adelante, posts más breves, como los de antes, ok?


Lacrimas: la salvación en manos emo

Lacrimas Profundere

Entre promesas, barullo, decepción, vasos y hielo voladores, luces renacidas y confusión se escuchó una voz que se disculpaba por lo ocurrido y anunciaba que en unos minutos podríamos disfrutar de 2 horas de To Die For tocando sólo para nosotros. Y yo, que soy fan (soy fan, soy fan), pues la verdad me sentí bastante aliviada y emocionada porque hacía bastante que no los veía en vivo.

Para mi sorpresa quienes comenzaron la instalación del escenario fueron los integrantes de Lacrimas Profundere. "Yay!!!, pensé, voy a ver a las 3 bandas que quería". Y así fue.

Lacrimas, a pesar de todo lo que había ocurrido, logró animar un buen a la gente que soportó el frío y la insertidumbre para verlos (nosotros perdimos al Sunshine quien hizo pancho por no poder ver a Leave's eyes y se fue a dormir). La verdad es que el nuevo vocalista es muy bueno e interpreta bastante bien las características rolas de la agrupación de goth metal (que, al igual que Therion, en su oscuro pasado de poca fama mundial fueron a parar a Santa Ana -aquí cerca de Toluquita-... quién diría, no?). "Canta chido para verse tan emo" dijeron unos sujetos a mi lado, quienes quizá nunca se enteraron que Lacrimas pudo tocar gracias a que los LUTO les prestaron los platillos para la batería... ¿aquellos que deseaban lincharlos por su look emo se habrán enterado de ello?

A pesar del frío que arreciaba constantemente, el poco tiempo que tocaron fue en extremo disfrutable y un perfecto preámbulo para lo que vendría.



Weather to die for...

Kitsune y Jape

De nuevo desmontaje y montaje de escenario. Durante ese lapso pude ver a Kate (a quien, por problemas de recepción del celular tampoco había podido contactar), me dio mucho gusto platicar un poquito con ella pues no habíamos podido hacerlo desde el concierto de Katatonia. Sin darme cuenta ya tenía un excelente lugar en la primera fila y no deseaba deshacerme de él. Platicando con las personas al rededor, cubriéndome y brincando un poco pude aguantar el frío que llegaba en un fuerte viento, nos estaba helando encima, pero esperábamos con ansia el espectáculo que sería el mejor del festival.


Kitsune y Josey

A veces soy una groupie incorregible, lo acepto. Pero en serio fue un concierto exceltente: la manera perfecta de cerrar un evento tan atropellado. Con el cabello volando en el viento helado canté hasta sentir que los decibeles de mi voz afectaban los órganos internos del chico poblano que estaba a mi izquierda. Head-banging, el calorcito del goth metal finés... Too much ain't enough, Guilt ridden state, Live in you, Liquid lies, Like never before, I just died in your arms, Sea of sin, Little deaths, In solitude, In the heat of the night, Farewell, Wicked circle, Hollow heart y Años de dolor (no presisamente en ese orden)...

Y es que escuché muchos comentarios de quienes no eran fans de TDF: "en el CD suenan regular, pero en vivo son otra onda", "salvaron el evento", etc. y me sentí bien porque supe que la sensación tan gratificante que me llenaba no se trataba sólo de la emoción de ser groupie y ver a una de tus bandas favoritas, también ese sentimiento colectivo de gozo ante algo que nos unió a todos: el metal.

To/Die/For

Después de un par de emotivos encores terminó el evento y, a pesar de los molestos acontecimientos, tenía un buen sabor de boca casi a punto de las 6 am del 2 de marzo. Después de la excitación del momento algo volvió a golpearnos recordándonos que estábamos en el Ajusco: el frío.



Amanecer en la montaña

Calentándonos al sol cual surikatos

Con una fogata improvisada en un bote nos sentíamos vagabundos de las películas. Vasos, ramas y demás se quemaban para mantenernos lúcidos mientras (debido a los materiales con que contaminábamos el ambiente) una llama verde bailaba entre el fuego conocido en medio de la pesada oscuridad que precede al amanecer. "Ahí tienes tu arora boreal" le dije a Adriana.

Recibimos el sol con la alegría de unas margaritas de jardín y emprendimos el camino de regreso a casa con el sueño pegado al abrigo, el frío a la cara y el metal al corazón.


El clan de las divas

Clan of Xymox


Comenzábamos a impacientarnos porque el montaje del escenario estaba tardando demasiado (ya llevaban más de media hora con eso), pero la oportunidad de estar tan cerca y ver cómo los chicos de Clan of Xymox supervisaban todo esperando su perfección nos motivaba a esperar un tokín único y digno de recordarse. Lo fue, no sólo por tratarse de la primera vez de Xymox en México, también por lo que sería uno de los sabotajes más extraños y comentados de esta clase de eventos.

A pesar de mi optimismo era inevitable darse cuenta del profundo enojo en el rostro de Ronny Moorings, vocalista de Clan of Xymox, pues estaba hasta el copete por la ineptitud de los técnicos de audio del evento quienes fueron los causantes del retraso. No obstante llegó el momento esperado: se apagaron las luces y una de las mejores bandas de electro comenzó a dar un excelente espectáculo a pesar de las fallas de audio. De repente, a media canción, Roony aventó el micrófono, agradeció al público, se la mentó a los técnicos, apagó el teclado de la bellísima Mojca Zugna y dejó el escenario. Todos estábamos desconcertados y totalmente des-concertados (LOL, yo y mis tontos juegos de palabras) cuando la rubia tecladista tomó el micrófono y nos dijo que se iban porque las otras bandas no querían que ellos tocaran más.

¿Qué había ocurrido?



Un sabotaje y total oscuridad

Leave's eyes

Cuando salimos del estupor causado por el inesperado comentario de los integrantes de la banda no pudimos hacer otra cosa mas que gritar "Xymox, Xymox" al unísono, pero la agrupación holandesa que originalmente iba a ser la principal del evento ya no saldría más al escenario, habiendo tocado (como nos enteraríamos al día siguiente) menos de la mitad del setlist planeado y un par de encores que no pudimos disfrutar.

¿Fallas de audio?, ¿itinerarios apretados?, ¿bandas mala onda? Nos preguntábamos eso y más mientras los gritos clamando por Xymox no se dejaban de escuchar y el staff ya preparaba el escenario para una nueva presentación.

El frío comenzaba a arreciar, así que para hacer la espera más amena decidimos ir a cenar. Camino al área mágica de la comida me di cuenta que los chicos de To/Die/For platicaban alegremente en el backstage, así que ni tarda ni perezosa los llamé. Para mi sorpresa el primero en acercarse fue Josey, nos saludó muy lindo y, haciendo honor a su famosa buena memoria, no sólo recordó mi nombre, también la ciudad en donde vivo [groupie-like]. Después llegó Jape quien me saludó con un cariñoso "Kitsune!" (léase con un fuerte acento finés) y un cálido abrazo. Y yo, que estaba con el modo groupie a la máxima potencia, no tuve de otra que decir tarugadas y recordar un par de conversaciones en el msn... Cuando estábamos a punto de ir a nuestro destino original me encontré con Vicky y su hermano a quienes había buscado desde que llegué (pero no había hallado debido a que la mayoría -excepto yo- no tenía señal en aquel recóndito lugar del DF), me dio mucho gusto verlos en un concierto más y acordamos volvernos a encontrar en cuanto terminara de comer; sin embargo, la serie de eventos que siguió me impidió volver a estar con ellos.

Tacos, quesadillas, el vientecillo helado esparciendo el aroma de las garnachas y, a lo lejos, el escenario iluminado con diferentes colores rompiendo la oscuridad de la noche. De repente, sólo noche: el escenario desapareció entre penumbras y un rumor sordo de voces que clamaban por su dinero, por sus bandas.

Indagando pudimos enterarnos que el generador falló justo a las 00:30, como señal del comienzo de un día poco común. Ante la incertidumbre de lo que pasaría observábamos la luna que se veía espléndida en un cielo sin nubes.

El frío modificaba la percepción del tiempo, así que después de una eternidad se hizo de nuevo la luz. Decidmos acercarnos al escenario: ahora todo podía pasar. Hielos, vasos y demás objetos innombrables volaban para atinar a los técnicos quienes corrían "arreglando cosas" cuando Liv Kristine y su esposo Alexander Krull aparecieron a la vista. El matrimonio integrante de Leave's eyes explicó al público (gritando porque aún no había micrófonos disponibles) lo que algunos ya presentían: debido al conflicto con el generador se había dañado equipo (costoso y necesario) y, al igual que Atrocity, no tocarían en el festival.

Si la gente se había enojado con el fallo del sonido, la luz y la pérdida de tiempo, ahora estaban furiosos. Querían el dinero de vuelta o que las bandas tocaran, como fuera, pero que tocaran. Y pasó algo que no me esperaba apenas funcionaron un par de micrófonos Liv y Alex cantaron un fragmento de Elegy y coverearon Shout (de Tears for fears, claro) a capella en lo que para mí sería  un momento irrepetible en los haberes del metal. 

Pero la promesa de tocar en México "pronto" no sirvió de mucho ante la pérdida de dos bandas, ¿ahora quién podría ayudarnos?



Nota aclaratoria: después del evento pude enterarme que, efectivamente, los técnicos de Atrocity y Leave's eyes fueron quienes desconectaron el tablero de sonido de Clan of Xymox porque los góticos no respetaron el acuerdo de cortar el setlist. Pues al parecer la inseguridad e inestabilidad del escenario (descubierta por los alemanes) había causado el total retraso de todo el evento y la modificación del orden en que tocarían las bandas ya que algunos debían tomar su avión de regreso a Europa sin posibilidad de permanecer más tiempo en México. Hubo, ciertamente, mucha propaganda en contra de una u otra banda haciendo que los fans apoyaran las acciones de su agrupación favorita. Sin embargo, considero que huno varios involucrados que actuaron con poco sentido de responsabilidad: tanto Xymox por la actitud como los Krull y compañía por tomar ciertas decisiones y, sobre todo, los organizadores por motivar y no frenar lo que devino en un conflicto que afectó a todos los presentes.




1 año ^^



Mikitos Lady,

¿quién diría que hoy se cumple un año de nuestro primer encuentro? Siento como si hubiese sido ayer cuando te cargué por primera vez: tu pelo se sentía tan suave y tibio, eras tan pequeñita, parecías tan frágil, tenías miedo... Te vi y supe que eras para mí, aunque ahora parezca que soy yo quien te pertenece… “I’m not your cat, you’re my human” siempre te ha quedado muy bien.


“¿Los gatos muerden?”
¿Te acuerdas? Ejemplificaste la respuesta de manera perfecta, una gota de sangre ya manaba de mi dedo cuando me enteré de ello. En ese momento ambas supimos que nuestra relación no sería “normal”. Tú no eres tan cariñosa como otros, muchas veces no sabes cómo reaccionar cuando recibes muestras de afecto o no sabes cómo darlas… como yo… La diferencia es que tú no tuviste tiempo para jugar con tu mamá y tus hermanitos, por ello te ha costado mucho trabajo acoplarte a los demás; y a mí ser paciente ante tu abyección por el otro. Pero te quiero tanto, mi nena, y sé que lentamente creces y te haces más tierna conmigo y los demás.


Recuerdo cuando estuve a punto de perderte, se han asomado un par de lágrimas por el sólo hecho de revivirlo. Llevabas pocos días conmigo y te enfermaste tanto: no querías comer ni tomar agua, sin el suero hubieras muerto inevitablemente. ¿Sabes algo? Me preocupaba mucho tu salud, pero me sentía mal por pensar en que quizá cuando regresaras no te ibas a acordar de mí. Pero lo hiciste y, desde entonces, te convertiste en una sombra peluda que comenzó a crecer rápidamente en tamaño, belleza y orgullo como todo felino que se digne de serlo.


Siguiendo las palabras de T. S. Elliot pasaron más o menos dos meses mientras descubríamos tu nombre. Así, un día motivado por la literatura y lo principesco de tu mirar me di cuenta de que Micomicona Pica-y-rasca vivía en la casa pero, entre familia, preferías ser llamada Mico, Mikitos o Mikitos Lady, mi princesa (descendiente, según Alos, del linaje de los Chafa; del cual Wishker, tu padre putativo, es digno portador del nombre). El otro nombre sólo tú lo sabes, pero estoy segura de su hermosura y sonoridad: un maullido primoroso.


Fuiste la mejor compañía durante ese verano. No sólo estuviste a mi lado para aderezar mis ratos en casa con tus maullidos o ronroneos, también para escucharme. Estoy segura que te intrigaba saber un nuevo episodio de mis aventuras en los odiosos cursos o quién era ese tipo de los gatos (sí, el que ahora te cae bien y en cuyas piernas te gusta dormir). La pasamos tan bien juntas que cuando mamá regresó no te pareció mucho tener que compartir el espacio con alguien más. Demasiadas mujeres en el mismo lugar, ¿verdad?


Después descubriste la ventana abierta y sus posibilidades interminables para tu recreación: los pajarillos estaban más cerca y se sentía bonito el aire fresco en los bigotes, además la adrenalina fluye cuando desafías a las alturas. La curiosidad mató al gato y a ti te dio un susto de muerte. Aún no sé cómo fue pero te caíste y, sin querer vivir aventuras allende nuestro depa, maullabas desesperada en la puerta de la casa de Ania porque se halla exactamente bajo la nuestra. Intenté tranquilizarte desde la ventana y bajé corriendo descalza y en pijama. Me abrazaste cuando te cargué y te traje de nuevo a la comodidad de mis piernas. Recuerdo que dormiste toda la tarde y, en señal de reto, dejamos la ventana cerrada por un par de semanas. Ahora la disfrutas inmensamente como cuando la descubriste, pero creo que te cuidas más.


Los arañazos… No se si se volvieron marca característica mía o tuya. Tú me los hacías, yo los portaba. Uno nuevo para cada ocasión. Y es que a veces no te entiendo porque pareces enojarte sin razón; otras, los niños te causan mucho estrés, también a mí, te entiendo. Pero no te enojes cuando salgo de casa por más de dos días pues aunque mi presencia no puede ser sustituida siempre hay alguien que te cuida y te quiere. Sabes que si pudiera te llevaría conmigo a todas partes: eres mi nena y, aunque no lo creas, yo te necesito más que tú a mí, sí, aunque yo sí tengo pulgares… ¿Tienes una idea de lo bonito que fue cuando me recibiste después de ir a Puebla? ¡Qué diferencia tan grande! Cuando regresé de Mérida me hiciste una herida profunda y no me quisiste hacer caso, pero la última vez te paraste en la ventana y maullaste de gusto. Ustedes dos hicieron el mismo gesto al verme llegar y eso no se me va a olvidar.


Disculpa la lista de pensamientos erráticos, pero ahora que te observo recostada sobre mis libros me haces pensar en muchas cosas. Puedo pasar horas observándote, mirando cómo te acicalas después de comer cual león que se ha tragado una cebra, cómo muerdes algo mío mientras me miras fijamente haciendo cara de “no rompo un plato”, cómo juegas con tu amiguito y lo pasas bajo la puerta una y otra vez, cómo eres tú. Te sigo mirando, volteo cada par de palabras, mi princesa, y me doy cuenta de que no sé que haría sin ti. Sería muy doloroso mirar tu huella en los sillones (mi mamá nos odia por eso, ¿sabes?), las marcas de tus mordidas en mis libros o en el cable de mi computadora, tus pelitos en mi ropa o tu arsenal de juguetes ocultos en todos los rincones de la casa y saber que no estás, que no escucho los maullidos que te conozco para decirme cosas… ¿recuerdas cuando no quisiste dormir conmigo? Te confieso que difícilmente pude conciliar el sueño. 


Apenas llevamos un año juntas pero deseaba que así fuera desde hace tanto. Aún nos falta mucho por hacer. Orejas en alto: meow!


Kitsune