sé que entiendes todo lo que ocurre a tu alrededor aunque los demás digan que son "cosas de grandes" y se escondan en la otra habitación para hablar (o gritar) de lo-que-se-supone-no-tienes-ni-idea. ¿Sabes una cosa? Creo que lo hacen porque se les olvida que ellos alguna vez fueron niños como tú y yo, que alguna vez tuvieron que aprenderse la tabla del nueve o comprender la extraña lógica de los números romanos. ¿Apoco no nos divertimos cuando S. dibujó al trapecista o hizo magia con los números? Así deberían ser la cosas, ¿no? Así creo, con los ojos empañados, que deberían ser. Pero si el mundo fuera como yo quiero no existirían las muñecas que tanto te gustan y sé que los alérgicos a los gatos no serían muy felices.

Sé, también, que no vas a leer esto, pero el abrazo que me diste hace un rato me hizo pensar en lo grande que estás ya y en lo mucho que has crecido a raíz de esto. "No pasa nada, no llores" me dijeron tus bracitos, y cuando besé tu frente llegaron a mí todas las cosas que quisiera decirte, hacer por ti, cosas que no hallan otra forma de salir que no sea como lágrimas o palabras sin sentido. Ánimo, linda, sabes mejor que yo que todo va a estar bien, pero soy una preocupona sin remedio que se ha puesto a pensar... hace muchos años tuve a otra A., pero ella no me duró mucho... sé, porque así debe ser, que a ti sí te voy a disfrutar; ya nos reiremos de esto dentro de muchos años en ese cafecito de los Campos Eliseos, con tu risa argentina agitando las hojas de los árboles.

Kitsune