Debido a una fuerte neurosis modernista este blog se vio afectado por la clorosis... siempre pensamos (el blog y yo) que los Myth*Os estaban adicionados con hierro y no lo incluimos de nuevo en nuestra dieta. El caso es que debido a la clorosis ya mencionada decidimos mudarnos a un sitio donde fuésemos mejor recibidos y aceptados por nuestra apariencia. Así que terminamos en R'lyeh donde hace poco adquirimos una hermosa redidencia vacacional de estilo gótico-no-euclidiano, una maravilla para hacer fiestas en el jardín, aunque poco convencional para los ojos acostumbrados a la admiración de columnas jónicas. Nuestra nueva ciudad es, indudablemente, un hermoso lugar... bastante húmedo, pero acogedor al final de cuentas ya que es ideal para el descanso.



Cthulhu también juega rol... Desde R'lyeh!!!
*wink, wink*


Hace un par de días el blog y yo disfrutábamos la brisa de la tarde entre el fango verdoso cuando, de repente, comencé a tararear esa canción de Louis Armstrong... no pude evitar pensar no sólo en lo maravilloso de nuestro nuevo hogar, también en un mundo que disfruté inmensamente: el Mundo de Tinieblas de Suldyn.




[se lee mejor si le dejan la música como fondo]

Hace más o menos siete años comencé a interesarme por los juegos de rol, me llamaba mucho la atención lo que implicaba convertirse en otra persona y, basándose en el azar y sus habilidades, conducirlo por diversas aventuras cuyo marco sería un mundo creado por el master. En esa época también ingresé en la STM y pensé que mis nuevos amiguitos estaban tan locos que seguramente jugaban rol.

Fue así como conocí a Suldyn. La primera vez que lo vi y a otros amigos (Pei y Raven, por ejemplo, a Berna y Panda ya los conocía) jugamos Vampire: The Masquerade y a partir de ahí no solté los dados de 10 ni a mi clan favorito: Malkavian (no comentaré también que desde ese día todos mis personajes estuvieron basados en una misma idea y siempre estuvieron locamente -eso es literal- enamorados de un NPC, ni que su forma de narrar me inspiró a crear una historia de Mage de la que sólo jugamos una partida mediocre).

Cada crónica fue divertida; cada ambientación, perfecta; cada historia, una maravilla. Pero todo lo bueno termina. El maravilloso universo vamírico creado por mi master favorito finalizó en la madrugada del 5 de abril con un sorpresivo epílogo y yo, con un personaje que, por fin, no murió antes del final y con ganas de llorar...




Gracias, Suldyn! Te vamos a extrañar.

And I think to myself: what a wonderful world...




*No des click aquí, no querrás ver lo que hay ahí*