Él es Papá Docomodake, es un hongo y está buscando a su familia.
¡Ayúdalo!

Docomodake es la mascota de la empresa japonesa de telefonía móvil NTT Docomo y es toda una celebridad en tierras niponas, tanto que incluso ha motivado exhibiciones de arte en torno a su fungoso ser. Él y su familia fueron creados para representar los diversos paquetes telefónicos ofrecidos (para personas mayores, niños, descuentos para familias enteras, etc.); sin embargo, han trascendido la simpleza de ser los personajes kawaii de un póster o un comercial para convertirse en un símbolo de la unión familiar y de sus valores.

Conocí a Docomodake en enero de este año y quedé prendada de su lindura, su mundo, su heroicidad y el amor tan grande por su familia (tal vez Alos diga que me traumé, pero no le hagan mucho caso :P). En ese entonces los domingos eran días de retas de boliche en Wii Sports (ahora son domingos de RE4) pero, como todo domingo que se digne de serlo, siempre antes de jugar vemos los videos del Nintendo channel y ahí estaba: Boing! Docomodake, apunté con mi Wii-mote y sabía que no podría esperar hasta el lanzamiento del juego en marzo.

La verdad es que esperé un par de meses más.

Seguramente Alos ya estaba harto de oirme hablar del juego y de referirme al Nintendo DS como si del hongo se tratara (bueno, sí me traumé un poquito), la cosa es que necesitaba el juego con tanta desesperación que lo adquirí unas 3 semanas antes que a mi DSi.

*****

Resulta que en el pueblo Docomodake está a punto de llevarse a cabo el festival anual pero los miembros de la familia se han perdido mientras se preparaban para las celebraciones, incluso no se sabe nada de Musume Docomodake (la hija) quien vive en otra ciudad, así que Papá Docomodake se encargará de buscarlos a todos y reunirlos de nuevo, pero no irá solo: los minis lo ayudarán a resolver los más complejos problemas y a sobrevivir en bosques, cuevas y valles.

Boing! Docomodake es un lindísimo juego de plataforma con una historia enternecedora, sé que me dirán que llevamos viendo eso por 20 años, bla, bla, bla, pero al ser también un puzzle adquiere el toque de desesperación obsesiva ante la búsqueda de perfección en cada stage del mapa, además el uso de los minis lo vuelve ingenioso y más divertido. Sencillo al principio se complica conforme avanzas, pero sin dejar de lado el goce por los espacios, la atractiva música y los encuentros con la familia que terminan en sorpresas tanto para jugadores como para personajes. El diseño es simple, pero cuidado y bonito (no encuentro otra palabra para definirlo mejor), todo tiene su razón de ser: hasta las monedas que juntas te permiten "comprar" imágenes, música y la posibilidad de obtener un poder especial al terminar el juego por primera vez, motivando a jugar más y perfeccionarse porque cada vez que tocas a Docomodake con el stylus se convierte en una experiencia nueva de juego y de reconocimiento de lo que es amar y ser una familia.

He aquí al culpable de todo:


No vean los trailers gringos... son malos, yo sé lo que les digo: éste es el bueno.


*Video extra!!!*
Docomodake te enseña a hacer reverencias (y bueno... es un comercial de roaming...)