En la antigüedad se creía que el planeta Saturno ejercía sobre las personas un efecto tal que las volvía taciturnas, melancólicas. Con el acercamiento del equinoccio este blog se volvió saturnino y permaneció silente más de quince días como era de esperarse...

Hoy se disipó el plúmbeo silencio porque, después de 15 años, celebramos de nuevo el equinoccio en Saturno y, como si de artilugios mágicos se tratara, sus anillos parecen desaparecer de nuestra vista mostrándonos la cara primaveral del gigante.


Foto por Jeff Barton y Josh Walawender

El universo ha preparado su propia saturnal: esta noche y hasta el amanecer de mañana podremos observar la anual lluvia de perseidas si las horribles luces citadinas y el clima lo permiten; podría ocurrir que el cielo se pinte plomizo y lluvioso queriendo festejar al gigante de los anillos al cual no le molestaría flotar.


Aquí, desde R'lyeh, seguimos mirando al cielo...
y a través del espejo miran cositas parlanchinas...