¡Ah, el Eoceno! Con sus vapores, sus caballitos, cocodrilos, hormigotas. Messel en esplendor, verde, lleno de vida, volcánico. Ida es una pequeña de ojos grandes con apenas 9 o 10 meses y, aunque vulnerable y con una muñeca rota que sana con lentitud, ya ha tenido que separarse de su madre; así es la vida, no importa la comezón en las encías provocada por la dentición permanente, hay que apretar bien esos pulgares y conseguirse el alimento por cuenta propia. Esta noche Ida tomó una buena porción de frutas y vegetales, como trepar es algo doloroso decidió beber en la laguna... pero hoy no fue la mejor noche para ella: poco después de su muerte se hundió hasta el fondo, protegiéndose del tiempo y los carroñeros, esperando cambiar nuestras vidas...

47 millones de años después, en 1983 mientras algunos geeks probaban sus nuevas Lisas, un arqueólogo amateur se encontró con un pequeño esqueleto de 53 cm (24 sin cola) que permanecería guardado poco más de 20 años en una colección privada: Ida había esperado tanto, dos décadas no eran nada.

En 2006 el Dr Jørn Hurum se enamoró de un par de fotografías y sin pensar más adquirió en 2007 la osamenta de Ida por 1 millón de monedas (:P), así que la pequeña se mudó a la tierra de los vikingos donde un equipo de investigadores liderado por Hurum se dedicarían a darle toda la atención que ella deseó de su madre cuando fue tiempo de vivir sola. El Museo de Historia Natural de la Universidad de Oslo se convirtió en el sitio ideal donde ser mirada por ojos grises durante dos años sin que nadie más lo supiera.

Esta mañana (19 de mayo de 2009) Ida dejó de esperar: PLoS ONE publicó los resultados de la investigación noruega sorprendiendo a muchos, aliviando a otros, enorgulleciendo a una madre peluda que hace 47 millones de años no pudo ver a su cría crecer.

Ida no es otra cosa que el primer primate, el eslabón perdido que muestra nuestra conexión con los demás mamíferos, una lindurita peluda que vivió en Alemania hace muchísimo tiempo.



Darwinius masillae, es una especie nueva (y muy vieja), llamada así en honor del 200 aniversario del natalicio de Darwin. Se trata del fósil de antiguo primate más completo (95% comparado con un 40% de Lucy), no sólo por el esqueleto, también por la sombra que se aprecia de su piel y el contenido gástrico conservado. Además es una sorpresa, pues a pesar de su semejanza con los lémures ella tiene rasgos netamente característicos de los primates: pulgar oponible, uñas en todos los dedos en lugar de garras, carece de la garrita del dedo índice de los lémures, el hueso de su tobillo y sus dientes también apoyan esta idea.

El próximo 26 de mayo la BBC estrenará un documental con datos y comentarios más interesantes de los que yo puedo dar, ojalá que sus afiliados lo transmitan pronto por estos lares. Por lo pronto Ida descansa, le espera un largo viaje de vuelta a su nórdico hogar y, como dijo Hurum, al menos 100 años de sesiones de fotos para los libros de texto (lo de las sesiones fue idea mía, lo de los libros es del todo de Hurm). Esperó mucho; él también, ahora, dijo, tiene su Mona Lisa.