La anual lluvia de perseidas nos pisa los talones, ya lo anunciaron Venus, Marte y Saturno juntos en el cielo nocturno, lo anunció la bóveda sobre Alabama. Quienes no tengan los talones tan quemados y puedan alejarse un poco de las luces de la ciudad miren hacia el Noreste, el 12 y 13 de agosto son buenos días para voltear al abismo de arriba: después de la media noche y antes del amanecer, como entes de película de terror serie B, llegan en celestial horda a maravillarnos de nuevo (y, ojalá, a decirme algo).


Sí, ahí es donde hay que mirar.


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Soñé que mi oftalmólogo era un genio maligno que pretendía apoderarse de la Tierra; tenía la risa, las máquinas de maldad y el laboratorio, también la banda entrometida de heavy metal, la clave para la salvación, estaba ahí. Me pregunto qué pensarían mis abuelos si les dijese que Guns 'n Roses slavarían al mundo rodeados de chicas en bikini... o que nuestro vecino de toda la vida, quien me ayuda a ver el mundo, es en realidad un científico loco.