Los transbordadores espaciales fueron pieza clave para la construcción de la Estación Espacial Internacional, el laboratorio espacial que ha logrado unir los esfuerzos de muchas naciones —incluyendo que antiguos enemigos vivan y trabajen juntos—, un gran logro de la ingeniería [aunque Alos critique sus cables y computadoras] y un símbolo de verdadera unión en estos tiempos tan complejos.

El Telescopio Espacial Hubble, uno de nuestros ojos al Universo, también fue posible gracias al transbordador, el cual lo soltó al espacio, arregló su miopía y le dio mantenimiento para darnos unas de las imágenes más hermosas que podremos admirar y estudiar.

Pero los transbordadores hicieron más que eso, también ayudaron (y siguen) a comprender mejor la ciencia en microgravedad: el comportamiento y letalidad de ciertos microorganismos, el olor de las flores, los cristales de proteína o la posibilidad de satélites "arrastrados por una cuerda". [Para saber más: 6 geniales experimentos de los transbordadores]

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