A mis amigos de la FacHu, porque el viernes nos la pasamos muy chido
A todos nos ha pasado lo mismo: encontrar a un sujeto desconocido, platicador hasta decir basta, nada atractivo, aburrido y, para colmo, taxista, uno de los seres más abominables de la creación.
No suelo viajar en taxi, además de romper con mi paupérrima economía, quita la emosión y la novedad que me proporciona uno de los más divertidos ejemplos del transporte público, el autobús: decenas de personas distintas compartiendo el mismo lugar, la mejor expresión de la soledad acompañada, el mejor lugar para observar (¿les había dicho que soy voyer?) e intentar escudriñar en la mente y el comportamiento del ser humano.
Para salir de la monotonía decidí tomar un taxi. Hice la clásica señal de "parada" que aprendí sujetando telarañas y navegando en la www. Cuando estuve dentro del "me ves y sufres" (el nombre del Tsuru blanco porque hay que nombrarlos, como a una mascota o a un hijo), hube cerrado la portezuela e indicado la dirección a la que me dirigía con todas las señas debidas ("entre tal y tal calle", "cerca del monumento a lo que sea", "a la altura de cual"...) me di cuenta de que había cometido el "grave error No 538": tomar el taxi del personaje descrito al incio de este post.
"¿Y si me bajo en el alto?", me dije. Pero fue el último pensamiento que alcancé a concebir antes de escuchar una voz de acento cantarín (para que no me digan que soy elitista por decir naco) que sobresalía entre el leve sonido de la radio y repetía las tan gastadas frases: "¿ya a la escuela?", "está muy bonita, señorita", "¿su novio no se enoja si la chulean, verdad?", "¿y cómo ve lo de Montiel?", "ya hace 'ora mucho frío, ¿no?". Y yo, aguantando la peste del aromatizante en forma de pino que sólo se mezcla con los olores del taxi, y respondía fría, cortante y tajantemente: "sí", "gracias", "sí y mucho", "mal, es un ratero", "algo".
"Aquí está bien, gracias".
"¿Cuánto es?, Mejor no le pregunto, no sea que me vaya a querer cobrar la platicada...". "Aquí tiene" dije extendiéndole $15. Mientras bajaba alcancé a escuchar, antes de desaturdirme por completo, la misma voz: "perdón, señorita, ni le pregunté si le gustaba la estación del radio que tenía puesta".
Quizá hubiera sido un mejor viaje escuchando un poco de metal, si me hubiera inventado una historia para contarle al chofer, si hubiera cambiado mi actitud ante los abominables taxistas platicadores. Quizá hubiera sido un mejor viaje si le hubiera hecho caso al nombre del taxi y hubiera abordado un camión: "cuídamelo virgencita".
14 comments:
Me gustaría poder decir que extaño ese tipo de cosas y situaciones... pero estaría mintiendo... :p
Aún así las añoras... y no puedes negarlo...
Emmm... debo diferir en este punto, y aclarar que subirme al taxi con el taxista platicador, o al camión con las cumbias a todo volumen, es algo que de verdad de verdad de verdad no añoro.
Pero eso sí, extraño las papitas con salsa que venden afuera de las escuelas, las fritangas, caminar por las calles de Puebluca, los portales cuando hay harta gente y en las noches cuando no hay nadie, la catedral, etc...
Bueno, eso de que en la noche no hay nadie en los portales sólo es cierto cuando ya levantaron a todos los gays, no?
A que también extrañas los helados de los carritos...
Ya se me antojaron las papas, yo creo que me voy a escapar del servicio para comprarme unas... ja, ja, ja (esa era risa maligna)...
¡Oye, ya deja de antojarme! Estas viendo que por acá no hay comida sobrosita como en México... chale, ¡me quiero volver chango!
Ja, ja, ja... Ni modo me decía hace un rato un cuate que cuando recibes algo siempre tienes que perder otra cosa; así que velo del lado positivo, estás allá, lejos de la monotonía y aburrimiento de Puebluca, pero no tienes granachas y papitas, ni modo, así es la vida...
C'est la vie, indeed! Pero ya sabes, cuando visites las tierras del metal y me pases a ver, traeme frituras y garnachas, o aunque sea unos doritos salsa verde, que los extraño...
Hasta crees... Y a mí que me va a tocar en esa transacción??? Vamos, ofrece!
Mmm... ¿te parece bien si te presento a los tipos del LARP y a otros amiguitos que tenga por estas tierras? Ah, y además te invito una Guiness. ¿Cómo ves? Todo eso por algunas bolsas de doritos salsa verde y de runners de barcel...
Un momento! Se supone que tienes que hacer eso (invitarme cuates y darme alcohol) cuando vaya aunque no te lleve nada, no?
Ofrece algo mejor y ya veremos...
eto... chale... puuuues... te llevo al cine, a comer Kebab y a probar los deliciosísimos Weetabix (legendarios, sólo pregúntale a Arto). Y por si fuera poco, te puedo asustar en algunas escaleras para recordar los viejos tiempos. Eh, ¿qué tal?
Kebab!!! Hubieras empezado por ahí... Ok, entonces lo pensaré
A veces es extraño que el mítico "monstruo de las escaleres" esté tan lejos, pero ni modo, supongo que no extraño que me asustes tanto como tú extrañas las papitas
Chale, y yo que creía que disfrutabas cada que yo te asustaba tanto como yo... :p
Síiiiii..... claro, como sea...
:D
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